Los ingredientes necesarios son: aceite, cebolla, ajo, jengibre, curry en polvo, pasta de curry (opcional), leche de coco, pasta de tomate, caldo de verduras, sal y pimienta.

Existen diferentes tipos de curry en polvo, como curry suave, curry fuerte o curry madrás. Elija el que se ajuste a su gusto personal y a su nivel de tolerancia al picante.

Sí, puedes usar leche de coco en lata. Asegúrate de agitarla bien antes de añadirla a la salsa.

Si te gustan los platos picantes, puedes añadir más pasta de curry o aumentar la cantidad de curry en polvo en la receta. Añádelo gradualmente, probando regularmente para ajustar la intensidad según tus preferencias.

Sí, puedes usar curry fresco si lo tienes. Pica finamente las hojas de curry o cilantro para agregar a la salsa.

Si deseas una salsa más espesa, puedes añadir una pequeña cantidad de maicena o harina diluida en agua fría. Añádela gradualmente, mezclando constantemente hasta obtener la consistencia deseada.

Sí, puedes usar caldo de pollo si lo prefieres. Sin embargo, el caldo de verduras a menudo se recomienda para una salsa de curry más vegetariana.

Puedes guardar esta salsa de curry en el refrigerador durante aproximadamente 3 a 4 días en un recipiente hermético.

Sí, puedes congelar esta salsa. Colócala en un recipiente adecuado para congelación, dejando espacio vacío para la expansión. Puede ser almacenada en el congelador durante aproximadamente 2 a 3 meses.

Esta salsa de curry se combina bien con arroz basmati, verduras salteadas, pollo, camarones o tofu. También se puede utilizar como base para un curry más completo con verduras y proteínas.